Tipos de página web: Tienda online

Todo el mundo sabe lo que es una tienda, ¿no?

Al fin y al cabo es uno de los trabajos más antiguos de la sociedad.

No hay que pensar en ‘tienda’ solo como el lugar físico donde el cliente entra, mira los productos, escoge unos cuantos, va a la caja, hace el pago y se los lleva.

Poniéndonos en el papel del vendedor, una tienda conlleva más tareas: llevar la logística de la tienda, es decir, saber el número exacto de los productos que hay en todo momento, las diferentes variaciones de un solo producto (como el color o la talla), saber que productos se venden más para resaltarlos, poner en el escaparate los nuevos productos, poner ofertas tanto en productos poco exitosos como en temporadas más puntuales, saber el beneficio neto que se gana con cada producto, pedirle a los proveedores más productos, facilitar al cliente diferentes modos de pago, permitir devoluciones, tener una atención post-compra, tener contentos tanto a los clientes como a los proveedores, …

Generalizando bastante, si tienes un producto que vendes o alquilas y facilitas un modo de pago, prácticamente tienes una ‘tienda’.

Da igual si es eres una panadería, una tienda de bicis, un supermercado, una agencia de viajes, un alquiler de pisos, una pizzería, ofreces cursos u otros servicios, tanto de manera física como de manera online.

Una tienda física y una tienda online son prácticamente lo mismo.

Semejanzas

1. El cliente siempre interactúa de la misma manera.

Ve lo que ofreces, conoce el precio, lo valora, y si lo quiere lo compra.

Por lo tanto, con respecto a una tienda online, tienes que mostrar lo más transparente posible tu producto, además de mostrar el precio, para que pueda valorarlo, y si el cliente lo quiere lo compra.

Obviamente, si no muestras los precios no se puede comprar. Entonces no sería una página tipo tienda online, si no tarjeta de visita, donde habrá que ponerse en contacto con la empresa pidiendo un presupuesto.

2. Hay que llevar un control de los productos.

La logística es la base de cualquier tienda.

No puedes vender algo que no tienes, se ha agotado o no está disponible.

3. Requiere tiempo, responsabilidad y disciplina.

¿Qué trabajo no lo requiere?

Lo que quiero aclarar es que si una tienda física requiere que estés dentro de ella para atender al cliente y llevar a cabo todo el proceso de venta, en una tienda online también.

Puedes estar tirado en tu casa, pero cuando te llega el aviso de un cliente, debes actuar como si estuviera enfrente tuya.

Diferencias

1. Si el producto es tangible, de manera online no se puede tocar.

Esto no es algo negativo, es diferente.

Aunque el cliente no pueda tocarlo si puede verlo a través de imágenes y vídeos, además de poder leer todas las características.

2. Es difícil fiarse por internet.

El problema no es internet, si no que es difícil fiarse de una tienda (o algo) que nadie conoce y por eso son importantes las redes sociales, el boca a boca online.

Por lo general, una persona no compra si otra no ha comprado primero. Y eso hay que demostrarlo.

Puedes pedirle imágenes a los clientes que han comprado y publicarlas en la página del producto; o también, puedes preguntar a tus clientes a través de las redes sociales que les parece el producto. Las respuestas estarán al alcance de un cliente potenciales.

Ventajas

1. La tienda está abierta 24 horas

El cliente no solo puede ver el escaparate, si no que puede ver absolutamente todo tu stock e incluso pagar cuando quiera.

2. La tienda está disponible en todo el mundo

Esto puede ser impresionantemente peligroso. Puede que no te salga rentable venderle un producto a alguien de Noruega por gastos de envío, ¡pero tienes esa posibilidad!

Si te ocurre esto tan solo contacta con el cliente, le preguntas si se quiere comer con patatas los gastos y el tiempo de envío, que comprendes la negativa de la respuesta y que le harás la devolución si te lo comunica.

Precios

Por lo que se entiende, no solo el cliente interactúa con la tienda online, si no también el vendedor.

Esto requiere un mayor trabajo en el panel de administración y la destreza del vendedor en saber interactuar con éste.

Por otro lado, es parte del desarrollador hacer que la web sea lo más intuitiva y cómoda posible.

Entendiendo una página web tipo tienda online, como mínimo tiene una parte de productos en oferta y productos más vendidos, una estructura donde ordenar todos los productos, un carrito de compra donde se añaden los productos, un método de pago y un panel donde administrar los productos, las ventas y las devoluciones.

El coste de una página con estas características tiene un precio mínimo aproximado de unos 900€.

En caso de que se quieran más características subirá el precio.

También, por lo general, este tipo de página web se une al tipo de tarjeta de visita, pero el coste total no es la suma de ambas, ya que la tienda online es una gran extensión a la tarjeta de visita.

Mantenimiento

Para este tipo de páginas hay que pagar el dominio y el hosting, que ronda unos 70€ al año.

Está bien conocer precios relativos, pero cuando se quiere una página web tipo tienda online es importante saber todas las características y necesidades que hay que cubrir, porque el coste no es bajo.

Extra

Por lo que se puede observar una tienda online es una apuesta muy grande que no se puede tomar a la ligera y que, incluso cuando me proponen desarrollar una, no recomiendo hacerla de buenas a primeras. Yo prefiero hacer «La alternativa».

La alternativa: Ir poquito a poco

1. Se comienza por hacer una página web tipo tarjeta de visita. Muestras tu equipo de personas, que es lo que hacen y porqué lo hacen.

De este modo, la persona que se va a encargar de dirigir la web -el vendedor- se va familiarizando con el panel de administración.

2. Se añaden productos, pero no se puede comprar de manera online todavía.

Que no se pueda comprar vía online no significa que no se pueda comprar. Vía email pueden pedir presupuesto si no has puesto precios, o si los has puesto decirte directamente lo que quieren. También existe el ‘método excel’, que el cliente se descarga y complementa.

En esta etapa el vendedor aprende a editar productos y gestionarse con los clientes vía email.

3. Se añade la gestión de productos, el carrito de compra y el método de compra de transferencia bancaria.

Ahora el cliente puede hacer un proceso de compra completo y el vendedor aprende a gestionar los productos.

4. Se añade la gestión de ventas y más métodos de pago, como Paypal o TPV.

Ahora el cliente tiene más posibilidades de hacer una compra y el vendedor puede gestionarlo todo.

 

Y ya está, montando una tienda online ‘a ciclos’ parece que todo son ventajas, la visibilidad de la tienda está antes en internet, el vendedor aprende de manera progresiva a hacer sus tareas y la página está preparada a cambios en el proceso.

El tiempo en llegar al paso 4 es el mismo, pero la satisfacción y la seguridad es completamente distinta.